Cuando hablamos de “iglesia-empresa” nos referimos a cualquier tipo de organización religiosa, denominación, iglesia local que está siendo manejada prioritariamente por los principios empresariales, comerciales y económicos que caracterizan al mundo actual.
No estamos negando aquí la necesidad de organización, de orden, de administración, en el seno de la iglesia. No nos estamos oponiendo a la práctica de una mayordomía sabia y honesta, en el manejo de los recursos espirituales y materiales de la Iglesia. Hasta el mismo Cristo tuvo un tesorero, y nos dejó consejo en cuanto a planificar nuestras acciones con el fin de concretar los propósitos y metas a los que Dios quiere que lleguemos. No nos estamos oponiendo al uso de recursos actuales que éticamente no entran en contradicción con la Palabra del Señor.
A lo que estamos refiriéndonos aquí es a la sustitución completa de los sanos principios de mayordomía bíblica, a la suplantación de la dirección y poder del Espíritu Santo de Dios, a través de los canales establecidos, por el uso indiscriminado de estrategias mercadotécnicas y empresariales, sustentadas por filosofías humanísticas y anticristianas.
En un excelente artículo titulado “¿Cuánto produce? Utilitarismo o pragmatismo”, el apreciado hermano colombiano Vicente Mercado Santamaría expone, mediante ejemplos contundentes, la problemática de este fenómeno que estamos tratando. Invitamos a los lectores a que visiten el blog del ministerio de nuestro hermano (http://cristianosenaccionxxi.blogspot.com), y lean allí su exposición.
Por lo pronto, en esta reflexión, queremos sintetizar algunas características destacadas de este tipo de “iglesia”, que hemos podido extraer de nuestra observación personal y del perfil que el hermano Mercado Santamaría dibuja en su artículo. La extensión de este trabajo nos impide entrar en detalles y abordar otros rasgos.
1. Los principios de pragmatismo y utilitarismo priman en la dirección y administración espiritual y material de esta “iglesia”. “Si funciona, es bueno”, es el lema; y allí se van detrás de cualquier método de iglecrecimiento o de administración eclesiástica, que dé buenos resultados numéricos, aunque no sea bíblico, o no se adapte a las necesidades y circunstancias concretas de la iglesia.
2. El principio numérico es el criterio usado para medir el éxito de una estrategia “evangelística” o administrativa.
3. El egocentrismo y la consiguiente “autoglorificación” son las fuerzas motrices de las acciones. No es la gloria de Dios lo que se busca, sino el alcance de la gloria humana mediante el éxito en la aplicación de las estrategias.
4. Los sistemas de estudio de mercado para el diseño de estrategias de expansión eclesial han venido a sustituir las estrategias espirituales y las claras directrices, así como el poder del Espíritu Santo de Dios. Se establecen exigencias compulsivas de metas, números y crecimiento anual.
5. Se busca el rápido crecimiento numérico, aún en detrimento del crecimiento cualitativo, generalmente con el objetivo explícito o implícito de contar con nuevas fuentes de recursos, léase: diezmadores, oferentes, etc. Los conversos son vistos como futuras fuentes de recursos, o como números para la propaganda triunfalista de la institución.
6. Los principios de mercadotecnia son aplicados a la evangelización: evangelio de la oferta. El hermano Mercado Santamaría lo menciona como el evangelio presentado como manual de auto ayuda. Generalmente el mensaje dado combina confesión positiva, pensamiento posibilista, principios cristianizados de la mal llamada “metafísica”. En este sentido, el "producto" que vende es variado, de acuerdo con el gusto del "consumidor". Se añade a esto el uso de técnicas de “show” o espectáculo para atraer a la gente. Estos aspectos serán analizado con más detenimiento cuando hablemos, la próxima semana, acerca de la "Iglesia . Mercado" y la “Iglesia-Show”).
7. Mercantilismo en el área financiera. Este aspecto puede leerlo usted en la reflexión de la semana anterior: La Iglesia-Coto de Caza (Lea en el Blog de EDICI).
Próxima entrega: La Iglesia-Mercado.
Alba Llanes. Apuntes para la conferencia "¿Iglesia Posmoderna o Iglesia Bíblica?" (EDICI: Rancho Cucamonga, CA, 2008).
No estamos negando aquí la necesidad de organización, de orden, de administración, en el seno de la iglesia. No nos estamos oponiendo a la práctica de una mayordomía sabia y honesta, en el manejo de los recursos espirituales y materiales de la Iglesia. Hasta el mismo Cristo tuvo un tesorero, y nos dejó consejo en cuanto a planificar nuestras acciones con el fin de concretar los propósitos y metas a los que Dios quiere que lleguemos. No nos estamos oponiendo al uso de recursos actuales que éticamente no entran en contradicción con la Palabra del Señor.
A lo que estamos refiriéndonos aquí es a la sustitución completa de los sanos principios de mayordomía bíblica, a la suplantación de la dirección y poder del Espíritu Santo de Dios, a través de los canales establecidos, por el uso indiscriminado de estrategias mercadotécnicas y empresariales, sustentadas por filosofías humanísticas y anticristianas.
En un excelente artículo titulado “¿Cuánto produce? Utilitarismo o pragmatismo”, el apreciado hermano colombiano Vicente Mercado Santamaría expone, mediante ejemplos contundentes, la problemática de este fenómeno que estamos tratando. Invitamos a los lectores a que visiten el blog del ministerio de nuestro hermano (http://cristianosenaccionxxi.blogspot.com), y lean allí su exposición.
Por lo pronto, en esta reflexión, queremos sintetizar algunas características destacadas de este tipo de “iglesia”, que hemos podido extraer de nuestra observación personal y del perfil que el hermano Mercado Santamaría dibuja en su artículo. La extensión de este trabajo nos impide entrar en detalles y abordar otros rasgos.
1. Los principios de pragmatismo y utilitarismo priman en la dirección y administración espiritual y material de esta “iglesia”. “Si funciona, es bueno”, es el lema; y allí se van detrás de cualquier método de iglecrecimiento o de administración eclesiástica, que dé buenos resultados numéricos, aunque no sea bíblico, o no se adapte a las necesidades y circunstancias concretas de la iglesia.
2. El principio numérico es el criterio usado para medir el éxito de una estrategia “evangelística” o administrativa.
3. El egocentrismo y la consiguiente “autoglorificación” son las fuerzas motrices de las acciones. No es la gloria de Dios lo que se busca, sino el alcance de la gloria humana mediante el éxito en la aplicación de las estrategias.
4. Los sistemas de estudio de mercado para el diseño de estrategias de expansión eclesial han venido a sustituir las estrategias espirituales y las claras directrices, así como el poder del Espíritu Santo de Dios. Se establecen exigencias compulsivas de metas, números y crecimiento anual.
5. Se busca el rápido crecimiento numérico, aún en detrimento del crecimiento cualitativo, generalmente con el objetivo explícito o implícito de contar con nuevas fuentes de recursos, léase: diezmadores, oferentes, etc. Los conversos son vistos como futuras fuentes de recursos, o como números para la propaganda triunfalista de la institución.
6. Los principios de mercadotecnia son aplicados a la evangelización: evangelio de la oferta. El hermano Mercado Santamaría lo menciona como el evangelio presentado como manual de auto ayuda. Generalmente el mensaje dado combina confesión positiva, pensamiento posibilista, principios cristianizados de la mal llamada “metafísica”. En este sentido, el "producto" que vende es variado, de acuerdo con el gusto del "consumidor". Se añade a esto el uso de técnicas de “show” o espectáculo para atraer a la gente. Estos aspectos serán analizado con más detenimiento cuando hablemos, la próxima semana, acerca de la "Iglesia . Mercado" y la “Iglesia-Show”).
7. Mercantilismo en el área financiera. Este aspecto puede leerlo usted en la reflexión de la semana anterior: La Iglesia-Coto de Caza (Lea en el Blog de EDICI).
Próxima entrega: La Iglesia-Mercado.
Alba Llanes. Apuntes para la conferencia "¿Iglesia Posmoderna o Iglesia Bíblica?" (EDICI: Rancho Cucamonga, CA, 2008).
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