viernes, 18 de enero de 2008

El estado y lugar de las almas después de la muerte



Por Alba Llanes.


1. Los justos, o sea, los creyentes: 


     a. Están presentes delante del Señor.

2Co 5:6  Así que vivimos confiados siempre,  y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo,  estamos ausentes del Señor

2Co 5:7  (porque por fe andamos,  no por vista);

2Co 5:8  pero confiamos,  y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo,  y presentes al Señor.

2Co 5:9  Por tanto procuramos también,  o ausentes o presentes,  serle agradables.


      b. Están en la Jerusalén o Sión Celestial.

Heb 12:22  sino que os habéis acercado al monte de Sión,  a la ciudad del Dios vivo,  Jerusalén la celestial,  a la compañía de muchos millares de ángeles,

Heb 12:23  a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos,  a Dios el Juez de todos,  a los espíritus de los justos hechos perfectos,

Heb 12:24  a Jesús el Mediador del nuevo pacto,  y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.


2. Los impíos están en el infierno o lugar de tormentos.


    a. Esto está demostrado en la historia del rico y Lázaro, contada por Jesús.


Luk 16:20  Había también un mendigo llamado Lázaro,  que estaba echado a la puerta de aquél,  lleno de llagas,

Luk 16:21  y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico;  y aun los perros venían y le lamían las llagas.

Luk 16:22  Aconteció que murió el mendigo,  y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham;  y murió también el rico,  y fue sepultado.

Luk 16:23  Y en el Hades alzó sus ojos,  estando en tormentos,  y vio de lejos a Abraham,  y a Lázaro en su seno.

Luk 16:24  Entonces él,  dando voces,  dijo: Padre Abraham,  ten misericordia de mí,  y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua,  y refresque mi lengua;  porque estoy atormentado en esta llama.

Luk 16:25  Pero Abraham le dijo: Hijo,  acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida,  y Lázaro también males;  pero ahora éste es consolado aquí,  y tú atormentado.

Luk 16:26  Además de todo esto,  una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros,  de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros,  no pueden,  ni de allá pasar acá.

Luk 16:27  Entonces le dijo: Te ruego,  pues,  padre,  que le envíes a la casa de mi padre,

Luk 16:28  porque tengo cinco hermanos,  para que les testifique,  a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

Luk 16:29  Y Abraham le dijo:  A Moisés y a los profetas tienen;  óiganlos.

Luk 16:30  El entonces dijo:  No,  padre Abraham;  pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos,  se arrepentirán.

Luk 16:31  Mas Abraham le dijo:  Si no oyen a Moisés y a los profetas,  tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.


Aclaración: Antes de la muerte de Jesucristo, las personas que morían iban a un lugar que en hebreo se le llamaba “Sheol”, y en griego, “Hades”. Ese lugar estaba dividido en dos partes: “El Seno de Abraham”, a donde iban los justos, y el “Lugar de los tormentos”, a donde iban los impíos. Cuando Cristo murió, él fue al Sheol o Hades, anunció a los que estaban allí su obra de expiación y salvación, y trasladó lo que se llamaba “el Seno de Abraham”, al cielo.  Siga la secuencia de versículos que damos a continuación para que usted vea esto claramente.


1) Jesús dijo que descendería al “corazón de la tierra”


Mat 12:40  Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches,  así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.


2) Jesús señaló que en ese momento el Paraíso o “Seno de Abraham” estaba en el interior de la tierra.


Luk 23:39  Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba,  diciendo:  Si tú eres el Cristo,  sálvate a ti mismo y a nosotros.

Luk 23:40  Respondiendo el otro,  le reprendió,  diciendo:  ¿Ni aun temes tú a Dios,  estando en la misma condenación?

Luk 23:41  Nosotros,  a la verdad,  justamente padecemos,  porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos;  mas éste ningún mal hizo.

Luk 23:42  Y dijo a Jesús:  Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

Luk 23:43  Entonces Jesús le dijo:  De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. (Compare con Mateo 12:40.


3) El apóstol Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, dice que cuando Cristo estuvo en el “corazón de la tierra”, predicó a los espíritus que estaban allí. Jesús no estuvo “durmiendo” en el “corazón de la tierra”. Si esos espíritus hubieran estado durmiendo, no tenía sentido que les predicara. 


1Pe 3:18  Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados,  el justo por los injustos,  para llevarnos a Dios,  siendo a la verdad muerto en la carne,  pero vivificado en espíritu;

1Pe 3:19  en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,


4) El apóstol Pablo, inspirado también por el Espíritu Santo, también reafirma que Jesús descendió “a las partes más bajas de la tierra”, y que subió a lo alto y llevó consigo a los justos que estaban en cautividad.


Eph 4:7  Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

Eph 4:8  Por lo cual dice: 

 Subiendo a lo alto,  llevó cautiva la cautividad, 

 Y dio dones a los hombres.

Eph 4:9  Y eso de que subió,  ¿qué es,  sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?


5) El mismo apóstol Pablo, en una experiencia muy especial que el Señor le permitió tener, fue llevado al Paraíso que, para ese momento, después de lo que Cristo hizo, ya no estaba en “el corazón de la tierra”, o en “las partes más bajas de la tierra”, sino en el tercer cielo.


2Co 12:2  Conozco a un hombre en Cristo,  que hace catorce años  (si en el cuerpo,  no lo sé;  si fuera del cuerpo,  no lo sé;  Dios lo sabe)  fue arrebatado hasta el tercer cielo.

2Co 12:3  Y conozco al tal hombre  (si en el cuerpo,  o fuera del cuerpo,  no lo sé;  Dios lo sabe),

2Co 12:4  que fue arrebatado al paraíso,  donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.


     c. Y en la advertencia del Señor Jesús acerca del peligro de ir al infierno por nuestra conducta impía.


Mat 18:6  Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí,  mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno,  y que se le hundiese en lo profundo del mar.

Mat 18:7   ¡Ay del mundo por los tropiezos!  porque es necesario que vengan tropiezos,  pero  ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

Mat 18:8  Por tanto,  si tu mano o tu pie te es ocasión de caer,  córtalo y échalo de ti;  mejor te es entrar en la vida cojo o manco,  que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.

Mat 18:9  Y si tu ojo te es ocasión de caer,  sácalo y échalo de ti;  mejor te es entrar con un solo ojo en la vida,  que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.


2. Tanto los justos, como los impíos están en estado consciente.


     a. En la historia del rico y Lázaro, todos ellos hablan entre sí.


Luk 16:20  Había también un mendigo llamado Lázaro,  que estaba echado a la puerta de aquél,  lleno de llagas,

Luk 16:21  y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico;  y aun los perros venían y le lamían las llagas.

Luk 16:22  Aconteció que murió el mendigo,  y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham;  y murió también el rico,  y fue sepultado.

Luk 16:23  Y en el Hades alzó sus ojos,  estando en tormentos,  y vio de lejos a Abraham,  y a Lázaro en su seno.

Luk 16:24  Entonces él,  dando voces,  dijo: Padre Abraham,  ten misericordia de mí,  y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua,  y refresque mi lengua;  porque estoy atormentado en esta llama.

Luk 16:25  Pero Abraham le dijo: Hijo,  acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida,  y Lázaro también males;  pero ahora éste es consolado aquí,  y tú atormentado.

Luk 16:26  Además de todo esto,  una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros,  de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros,  no pueden,  ni de allá pasar acá.

Luk 16:27  Entonces le dijo: Te ruego,  pues,  padre,  que le envíes a la casa de mi padre,

Luk 16:28  porque tengo cinco hermanos,  para que les testifique,  a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

Luk 16:29  Y Abraham le dijo:  A Moisés y a los profetas tienen;  óiganlos.

Luk 16:30  El entonces dijo:  No,  padre Abraham;  pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos,  se arrepentirán.

Luk 16:31  Mas Abraham le dijo:  Si no oyen a Moisés y a los profetas,  tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.


    b. Hablando del Rey de Babilonia, en Isaías leemos que cuando este murió:


Isa 14:9  El Seol abajo se espantó de ti;  despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte,  hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra,  a todos los reyes de las naciones.

Isa 14:10  Todos ellos darán voces,  y te dirán:   ¿Tú también te debilitaste como nosotros,  y llegaste a ser como nosotros?

Isa 14:11  Descendió al Seol tu soberbia,  y el sonido de tus arpas;  gusanos serán tu cama,  y gusanos te cubrirán.


    c. Si los muertos estuvieran durmiendo, entonces por qué dice la Biblia que Cristo descendió a las partes más bajas de la tierra y predicó a los espíritus encarcelados allí. Ver 1 Pedro 3:19, citado más arriba.


     d. En la visión del Apocalipsis, el Señor le mostró a Juan las almas de los que habían muerto por causa del Evangelio. Todas estaban en estado consciente, y en actividad.


Apoc 6:9  Cuando abrió el quinto sello,  vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.

Apoc 6:10  Y clamaban a gran voz,  diciendo:  ¿Hasta cuándo,  Señor,  santo y verdadero,  no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

Apoc 6:11  Y se les dieron vestiduras blancas,  y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo,  hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos,  que también habían de ser muertos como ellos.


Apoc 7:9  Después de esto miré,  y he aquí una gran multitud,  la cual nadie podía contar,  de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas,  que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,  vestidos de ropas blancas,  y con palmas en las manos;

Apoc 7:10  y clamaban a gran voz,  diciendo:  La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono,  y al Cordero.

Apoc 7:11  Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono,  y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes;  y se postraron sobre sus rostros delante del trono,  y adoraron a Dios,

Apoc 7:12  diciendo: Amén.  La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza,  sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos.  Amén.

Apoc 7:13  Entonces uno de los ancianos habló,  diciéndome: Estos que están vestidos, ¿quiénes son, y de dónde han venido?

Apoc 7:14  Yo le dije: Señor,  tú lo sabes.  Y él me dijo:  Estos son los que han salido de la gran tribulación,  y han lavado sus ropas,  y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.

Apoc 7:15  Por esto están delante del trono de Dios,  y le sirven día y noche en su templo;  y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.

Apoc 7:16  Ya no tendrán hambre ni sed,  y el sol no caerá más sobre ellos,  ni calor alguno;

Apoc 7:17  porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará,  y los guiará a fuentes de aguas de vida;  y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.


3. Cuando la Biblia se refiere a los que han muerto como que duermen, está empleando un lenguaje figurado. Es una metáfora que se deriva del hecho de que los muertos parece que duermen, y hace énfasis en el hecho de que, así como las personas que están dormidas no dejan de vivir, de igual manera, los que mueren siguen viviendo en espíritu una vez que han fallecido en el cuerpo. Cuando la persona muere, el cuerpo “duerme”, no está consciente del mundo exterior, pero eso no significa que su parte espiritual duerma, ya que la Biblia dice que el espíritu “vuelve a Dios”, y los versículos citados más arriba demuestran que la actividad consciente de la parte espiritual del ser humano, permanece después de la muerte, en relación con el mundo espiritual. La palabra griega que se usa en los versículos que hablan de la muerte como un dormir, es koimaomai, que significa “yacer, estar acostado”, es el antónimo o palabra de significado contrario a resurrección o anástasis (hacer estar de pie). La Biblia siempre habla de la resurrección del cuerpo, no de la parte espiritual. O sea, es el cuerpo el que necesita que se lo “ponga de pie” o resucite, porque “yace, está acostado” o “dormido”. La parte espiritual no necesita ser “puesta de pie”, o sea levantada o resurrecta porque “no yace, no está acostada, no está dormida”.


Llanes, Alba. Estudios Bíblicos (EDICI: Rancho Cucamonga, CA. 2006)

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