¿Qué ocurrió con los primitivos escritos de la Biblia? ¿Tenemos acceso a los libros originales escritos con puño y letra de Isaías, Lucas, David, Jeremías o cualquier otro de los escritores bíblicos? ¿Cómo puedo confiar que la Biblia que hoy tengo en mis manos preserve el contenido originalmente dado por Dios a los escritores bíblicos? Estas y otras interrogantes relacionadas, circulan en las mentes de muchas personas en la actualidad. Por esta razón, en el marco del fascinante viaje que venimos realizando, nos disponemos hoy a visitar el “territorio” de los manuscritos y traducciones bíblicas. Lo haremos ahora de manera diferente, utilizando el método de preguntas y respuestas.
¿A qué llamamos manuscritos bíblicos?
A rollos y libros o códices escritos a manos, en el que aparece el texto bíblico principalmente en los idiomas en que fue escrito; hebreo, arameo y griego. En hebreo, se escribió la mayor parte del Antiguo Testamento. El arameo, idioma perteneciente a la misma familia lingüística del hebreo, fue usado para escribir algunas secciones del Antiguo Testamento. El griego fue la lengua utilizada por los escritores del Nuevo Testamento. Específicamente fue usado el griego koiné o común, una forma de la lengua griega cuyo uso estaba generalizado hacia el primer siglo de la era cristiana. También nos han llegado manuscritos de las primeras traducciones de la Biblia, hechas a otros idiomas.
¿Cómo puedo saber que el texto actual de la Biblia no es diferente al original?
Primero, existe una gran cantidad de antiguos manuscritos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Según las estadísticas actuales, solamente del Nuevo Testamento, por ejemplo, hay unos 5 000 manuscritos en idioma griego, por lo menos 20 000 manuscritos en otras versiones o idiomas antiguos, incluyendo las copias antiguas de la Vulgata Latina, y unas 13 000 copias manuscritas de porciones.
Segundo, esos manuscritos son suficientemente antiguos como para que puedan mantener el texto original. El manuscrito más completo y antiguo del Nuevo Testamento, el Códice Sinaítico, data del siglo IV después del nacimiento de Cristo, pero existen manuscritos de porciones, que son mucho más antiguos. Estos son algunos ejemplo: el papiro Chester Beatty y el papiro Bodmer II, que vienen del segundo siglo de la Era Cristiana. El primero contiene casi todos los libros del Nuevo Testamento, mientras que el segundo es un manuscrito del Evangelio de Juan. Se han encontrado también fragmentos de escritos del Nuevo Testamento, como por ejemplo, el fragmento John Rylands, de aproximadamente 130 años después del nacimiento de Cristo, que contiene a Juan 18:31-32. Fue escrito unos 30 a 35 años después que el apóstol Juan escribiera el manuscrito original de ese Evangelio. Un fragmento del Evangelio de Marcos, y dos pequeños fragmentos con textos de Hechos, Romanos, 1 Timoteo, Santiago y 2 Pedro, fueron descubiertos en una de las cuevas del Mar Muerto. Después de un análisis minucioso, se llegó a la conclusión de que esos fragmentos provienen de un manuscrito redactado antes del año 70 después del nacimiento de Cristo. Con respecto al texto del Antiguo Testamento, hasta 1896, los más antiguos manuscritos databan del siglo noveno después de Cristo, pero el descubrimiento de 200 mil fragmentos encontrados en una sinagoga, en Palestina, extendieron la fecha de antigüedad a los siglos VI y VII después de Cristo. Sin embargo, el más importante hallazgo ha sido el de los famosos Rollos del Mar Muerto, en 1947, que pusieron en manos de los expertos, documentos que contienen libros de esa parte de la Biblia, los cuales datan del primero y del segundo siglo antes del nacimiento de Cristo.
Tercero, los copistas tuvieron mucho cuidado a la hora de transcribirlos. En el caso del Antiguo Testamento, el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, en 1947, ha demostrado que los copistas hebreos fueron muy rigurosos a la hora de transcribir los manuscritos del AT. Se llegó a esta conclusión cuando se comparó el texto hebreo bíblico de los manuscritos del siglo IX después de Cristo, con los documentos encontrados en el Mar muerto. Se descubrió que el texto había sido conservado con una exactitud increíble. Esta preservación textual se debió al trabajo realizado por eruditos hebreos conocido como masoretas. En el proceso de copiar la Biblia, vez tras vez, ellos llegaban a contar, inclusive, el número de palabras, sílabas y letras, de modo que no faltara ni siquiera una. Aquellos manuscritos en los que se encontraba algún error, eran desechados. No podían ser usados en los oficios religiosos.
Cuarto, independientemente de la gran cantidad de manuscritos existentes, en lo que respecta al NT, citas textuales del mismo aparece en los escritos de otros autores cristianos antiguos. Se señala que en los escritos cristianos de los primeros 350 años después del nacimiento de Cristo aparecen unas 36 000 citas del Nuevo Testamento, suficientes en variedad y cantidad como para poder reconstruir gran parte del mismo si no existieran manuscritos.
¿Qué ocurre con las llamadas “variantes textuales” en los manuscritos bíblicos?
Son pequeños cambios de letras o palabras que se producían durante la copia o trascripción de los manuscritos bíblicos, tanto del Antiguo, como del Nuevo Testamento. A veces se trata de la repetición de una misma palabra en dos líneas diferentes, a veces es un cambio en el orden de las palabras o de ciertas letras, o ciertos errores ortográficos. Estas alteraciones se producían generalmente debido al cansancio del copista. Aún hoy esto ocurre, a pesar de todos los medios electrónicos que se disponen para editar libros. Sin embargo, cabe señalar que esas variantes textuales que aparecen en los miles de manuscritos no afectan la esencia y significado del contenido bíblico.
¿Qué son los Rollos del Mar Muerto y qué importancia tienen para nosotros los cristianos?
Los Rollos del Mar Muerto o del Qumram son un conjunto de unos 800 manuscritos, descubiertos accidentalmente por un pastor de ovejas beduino, en 1947, en unas cavernas ubicadas alturas que bordean la parte norte del Mar Muerto, y que se les conoce con el nombre de Qumram. Los documentos son producto del trabajo de una comunidad religiosa judía, que habitó en ese lugar justamente entre el año 100 antes de Cristo y el 135 después del nacimiento de Cristo. De esos 600 manuscritos, una buena parte de ellos son rollos que contienen porciones o libros del Antiguo Testamento, que copiados entre el siglo segundo antes de Cristo y el siglo primero después de Cristo.
Como señalamos más arriba, la primera importancia que tiene este descubrimiento es que nos permite verificar la fidelidad en la transmisión del texto del Antiguo Testamento, a lo largo de los siglos. En segundo lugar, nos permite constatar que el canon o lista aceptada de los libros del Antiguo Testamento ya estaba perfectamente delimitado para esa época. La tercera importancia es que nos permiten conocer mucho más acerca de las circunstancias históricas, culturales y religiosas de los tiempos en que vivió nuestro Señor Jesucristo.
¿Cuáles son los manuscritos bíblicos más famosos, además de los Rollos del Qumram?
El Códice Sinaítico. Fue descubierto en 1844, por un catedrático alemán, el conde Tischendorf, en el Monasterio de Santa Catalina, ubicado en el Monte Sinaí. Los monjes del lugar, ignorantes del valor de decenas de pergaminos que se conservaban allí, habían estado alimentando el fuego de la estufa, con ellos. Después de diferentes viajes y negociaciones, el conde alemán pudo obtener un volumen completo que contenía todo el Nuevo Testamento y una gran parte del Antiguo Testamento en idioma griego, en la versión conocida como Septuaginta. El manuscrito fue regalado al zar de Rusia. Cuando los comunista pusieron fin al gobierno zarista, las autoridades ateas rusas vendieron el códice al Museo Británico.
El Códice Vaticano. Fue escrito en la primera mitad del siglo IV. Desde el siglo XV se haya depositado en la Biblioteca del Vaticano, en Roma. Contiene toda la Biblia, pero le faltan algunas porciones del texto sagrado.
El Códice Alejandrino. Depositado también en la Biblioteca del Vaticano, data del siglo V de la era cristiana. Contiene toda la Biblia en idioma griego, con excepción de cuarenta hojas que se perdieron.
¿Cómo puede usted conocer más acerca de este tema?
El tema de los manuscritos bíblico es amplio y fascinante. Existen interesantísimas historias que nos narran de qué manera el texto sagrado fue preservado a través de los siglos. Usted puede acceder a esa información de diferentes maneras, ya sea a través de libros como “Evidencia que exige un veredicto”, de Josh MacDowell, o de páginas de Internet, en las cuales hay una amplísima y abundante información. Basta que utilice un buscador como www.google.es, y escriba allí, entre comillas, frases como “manuscritos bíblicos”, “Códice Vaticano”, “Códice Sinaítico”, y similares. Encontrará textos y fotos que enriquecerán su conocimiento y fortalecerán su fe.
¿A qué llamamos manuscritos bíblicos?
A rollos y libros o códices escritos a manos, en el que aparece el texto bíblico principalmente en los idiomas en que fue escrito; hebreo, arameo y griego. En hebreo, se escribió la mayor parte del Antiguo Testamento. El arameo, idioma perteneciente a la misma familia lingüística del hebreo, fue usado para escribir algunas secciones del Antiguo Testamento. El griego fue la lengua utilizada por los escritores del Nuevo Testamento. Específicamente fue usado el griego koiné o común, una forma de la lengua griega cuyo uso estaba generalizado hacia el primer siglo de la era cristiana. También nos han llegado manuscritos de las primeras traducciones de la Biblia, hechas a otros idiomas.
¿Cómo puedo saber que el texto actual de la Biblia no es diferente al original?
Primero, existe una gran cantidad de antiguos manuscritos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Según las estadísticas actuales, solamente del Nuevo Testamento, por ejemplo, hay unos 5 000 manuscritos en idioma griego, por lo menos 20 000 manuscritos en otras versiones o idiomas antiguos, incluyendo las copias antiguas de la Vulgata Latina, y unas 13 000 copias manuscritas de porciones.
Segundo, esos manuscritos son suficientemente antiguos como para que puedan mantener el texto original. El manuscrito más completo y antiguo del Nuevo Testamento, el Códice Sinaítico, data del siglo IV después del nacimiento de Cristo, pero existen manuscritos de porciones, que son mucho más antiguos. Estos son algunos ejemplo: el papiro Chester Beatty y el papiro Bodmer II, que vienen del segundo siglo de la Era Cristiana. El primero contiene casi todos los libros del Nuevo Testamento, mientras que el segundo es un manuscrito del Evangelio de Juan. Se han encontrado también fragmentos de escritos del Nuevo Testamento, como por ejemplo, el fragmento John Rylands, de aproximadamente 130 años después del nacimiento de Cristo, que contiene a Juan 18:31-32. Fue escrito unos 30 a 35 años después que el apóstol Juan escribiera el manuscrito original de ese Evangelio. Un fragmento del Evangelio de Marcos, y dos pequeños fragmentos con textos de Hechos, Romanos, 1 Timoteo, Santiago y 2 Pedro, fueron descubiertos en una de las cuevas del Mar Muerto. Después de un análisis minucioso, se llegó a la conclusión de que esos fragmentos provienen de un manuscrito redactado antes del año 70 después del nacimiento de Cristo. Con respecto al texto del Antiguo Testamento, hasta 1896, los más antiguos manuscritos databan del siglo noveno después de Cristo, pero el descubrimiento de 200 mil fragmentos encontrados en una sinagoga, en Palestina, extendieron la fecha de antigüedad a los siglos VI y VII después de Cristo. Sin embargo, el más importante hallazgo ha sido el de los famosos Rollos del Mar Muerto, en 1947, que pusieron en manos de los expertos, documentos que contienen libros de esa parte de la Biblia, los cuales datan del primero y del segundo siglo antes del nacimiento de Cristo.
Tercero, los copistas tuvieron mucho cuidado a la hora de transcribirlos. En el caso del Antiguo Testamento, el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, en 1947, ha demostrado que los copistas hebreos fueron muy rigurosos a la hora de transcribir los manuscritos del AT. Se llegó a esta conclusión cuando se comparó el texto hebreo bíblico de los manuscritos del siglo IX después de Cristo, con los documentos encontrados en el Mar muerto. Se descubrió que el texto había sido conservado con una exactitud increíble. Esta preservación textual se debió al trabajo realizado por eruditos hebreos conocido como masoretas. En el proceso de copiar la Biblia, vez tras vez, ellos llegaban a contar, inclusive, el número de palabras, sílabas y letras, de modo que no faltara ni siquiera una. Aquellos manuscritos en los que se encontraba algún error, eran desechados. No podían ser usados en los oficios religiosos.
Cuarto, independientemente de la gran cantidad de manuscritos existentes, en lo que respecta al NT, citas textuales del mismo aparece en los escritos de otros autores cristianos antiguos. Se señala que en los escritos cristianos de los primeros 350 años después del nacimiento de Cristo aparecen unas 36 000 citas del Nuevo Testamento, suficientes en variedad y cantidad como para poder reconstruir gran parte del mismo si no existieran manuscritos.
¿Qué ocurre con las llamadas “variantes textuales” en los manuscritos bíblicos?
Son pequeños cambios de letras o palabras que se producían durante la copia o trascripción de los manuscritos bíblicos, tanto del Antiguo, como del Nuevo Testamento. A veces se trata de la repetición de una misma palabra en dos líneas diferentes, a veces es un cambio en el orden de las palabras o de ciertas letras, o ciertos errores ortográficos. Estas alteraciones se producían generalmente debido al cansancio del copista. Aún hoy esto ocurre, a pesar de todos los medios electrónicos que se disponen para editar libros. Sin embargo, cabe señalar que esas variantes textuales que aparecen en los miles de manuscritos no afectan la esencia y significado del contenido bíblico.
¿Qué son los Rollos del Mar Muerto y qué importancia tienen para nosotros los cristianos?
Los Rollos del Mar Muerto o del Qumram son un conjunto de unos 800 manuscritos, descubiertos accidentalmente por un pastor de ovejas beduino, en 1947, en unas cavernas ubicadas alturas que bordean la parte norte del Mar Muerto, y que se les conoce con el nombre de Qumram. Los documentos son producto del trabajo de una comunidad religiosa judía, que habitó en ese lugar justamente entre el año 100 antes de Cristo y el 135 después del nacimiento de Cristo. De esos 600 manuscritos, una buena parte de ellos son rollos que contienen porciones o libros del Antiguo Testamento, que copiados entre el siglo segundo antes de Cristo y el siglo primero después de Cristo.
Como señalamos más arriba, la primera importancia que tiene este descubrimiento es que nos permite verificar la fidelidad en la transmisión del texto del Antiguo Testamento, a lo largo de los siglos. En segundo lugar, nos permite constatar que el canon o lista aceptada de los libros del Antiguo Testamento ya estaba perfectamente delimitado para esa época. La tercera importancia es que nos permiten conocer mucho más acerca de las circunstancias históricas, culturales y religiosas de los tiempos en que vivió nuestro Señor Jesucristo.
¿Cuáles son los manuscritos bíblicos más famosos, además de los Rollos del Qumram?
El Códice Sinaítico. Fue descubierto en 1844, por un catedrático alemán, el conde Tischendorf, en el Monasterio de Santa Catalina, ubicado en el Monte Sinaí. Los monjes del lugar, ignorantes del valor de decenas de pergaminos que se conservaban allí, habían estado alimentando el fuego de la estufa, con ellos. Después de diferentes viajes y negociaciones, el conde alemán pudo obtener un volumen completo que contenía todo el Nuevo Testamento y una gran parte del Antiguo Testamento en idioma griego, en la versión conocida como Septuaginta. El manuscrito fue regalado al zar de Rusia. Cuando los comunista pusieron fin al gobierno zarista, las autoridades ateas rusas vendieron el códice al Museo Británico.
El Códice Vaticano. Fue escrito en la primera mitad del siglo IV. Desde el siglo XV se haya depositado en la Biblioteca del Vaticano, en Roma. Contiene toda la Biblia, pero le faltan algunas porciones del texto sagrado.
El Códice Alejandrino. Depositado también en la Biblioteca del Vaticano, data del siglo V de la era cristiana. Contiene toda la Biblia en idioma griego, con excepción de cuarenta hojas que se perdieron.
¿Cómo puede usted conocer más acerca de este tema?
El tema de los manuscritos bíblico es amplio y fascinante. Existen interesantísimas historias que nos narran de qué manera el texto sagrado fue preservado a través de los siglos. Usted puede acceder a esa información de diferentes maneras, ya sea a través de libros como “Evidencia que exige un veredicto”, de Josh MacDowell, o de páginas de Internet, en las cuales hay una amplísima y abundante información. Basta que utilice un buscador como www.google.es, y escriba allí, entre comillas, frases como “manuscritos bíblicos”, “Códice Vaticano”, “Códice Sinaítico”, y similares. Encontrará textos y fotos que enriquecerán su conocimiento y fortalecerán su fe.
Publicado originalmente en Revista "Fe y Acción", órgano del Concilio Internacional Una Cita Con Dios" y Misión Mundial Maranatha. Volumen 1, Número 3, octubre - diciembre, 2004, pp. 20, 21.
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